Para mí, la terapia psicológica representa un espacio personal, seguro y de confianza, que favorece la creación de oportunidades para el cambio.

Mi trabajo está centrado en la aplicación de las terapias contextuales, especialmente la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT).

Brevemente, ACT es una terapia que entiende el sufrimiento humano como algo natural, que forma parte de la vida. Desde esta perspectiva, los problemas psicológicos se desarrollarían cuando las personas nos enredamos en una lucha sin descanso por eliminar cualquier tipo de malestar o dolor psicológico, por querer “andar por el mundo” teniendo todo bajo control, sin incertidumbres, dudas o malestar. Todo esto enmarcado dentro de un contexto social que nos “dice” que debemos ser felices y librarnos de todo malestar para lo cual aporta numerosas reglas y estrategias. Sin embargo, es este intento por controlar y eliminar de forma rígida todo este malestar, es nuestra propia lucha contra nuestras propias experiencias lo que supone el verdadero problema ya que este “enredamiento” tiene un coste en tanto en cuanto nos aleja de aquellas personas y cosas que son valiosas para nosotros/as (familia, pareja, amigos, trabajo…).

El trabajo con la Terapia de Aceptación y Compromiso, como su propio nombre indica, consiste, por una parte, en aprender a relacionarnos de una forma distinta con nuestras propias experiencias (ACEPTACIÓN) y, por otra parte, ACT pone el foco en una vida repleta de acciones vitales y significativas guiadas por nuestros valores personales (COMPROMISO).